¿QUÉ ES LA ESPERANZA?
Cuando todo parece terminarse y el panorama es de lo más
oscuro, cuando la vida parece haber perdido su significado y no hay más nada
que hacer; cuando nos sentimos acorralados por fuerzas superiores a las
nuestras, surge la esperanza como recurso final para encontrar un nuevo rumbo,
levantar la frente y continuar hacia adelante y renovar los esfuerzos para
cumplir con la misión asignada por la vida.
La esperanza nos lleva a tener confianza en el presente y
una expectativa firme en el futuro y tiene una relación cercana con la fe. La
esperanza consiste en un deseo y en la creencia firme en que esto se hará
realidad. Cuando tenemos fe, se apodera de nosotros la convicción de que
nuestro deseo ya ha sido concedido. Creer es la base de la esperanza.
Convicción y certeza es el sustento de la fe.
La fe tiene el beneficio de que nos lleva a considerar a
Dios como sustento y a considerar su palabra como cierta, sin ninguna duda. La
esperanza nos da un margen para que luchemos con nuestras propias fuerzas y
talentos en busca de lo que Dios nos ha prometido. Por eso quien tiene
esperanza alaba a Dios.
La esperanza nos inspira, además, a una vida de pureza y a
la perseverancia, es decir, a recuperar el equilibrio después de cada tropezón
o a levantarse después de cada caída.
La esperanza es el puente que nos tiende Dios cuando el
viento sopla en contra y los obstáculos nos impiden ver su gloria. Es el
recurso final que el Creador pone a nuestra disposición cuando parece que no tuviéramos
ningún recurso a nuestro alcance.
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